Tras la confirmación de los candidatos presidenciales para las próximas elecciones es interesante encontrar que tan solo hay tres candidatas de un universo de 22[1] candidaturas a la presidencia de la República, ¿es lamentable?, sin lugar a duda es preocupante en un país que sufre marginación y violencia de género; por lo que consideramos interesante hacer un mapeo de cómo llegan a la próxima campaña las aspirantes a la presidencia del país; siendo las candidatas: Verónika Mendoza Frisch de Juntos por el Perú, Nidia Vílchez Yucra del Partido Aprista Peruano y Keiko Fujimori Higuchi de Fuerza Popular.
Verónika Mendoza Frisch surgió en la política como colaboradora del gobierno de Ollanta Humala, se le conoció por su cercanía a la pareja presidencial. Mendoza tuvo la oportunidad durante ese quinquenio de ser congresista de la República (2011-2016), tras este período fue marcando distancia de la familia Humala Heredia y terminó encabezando la candidatura del Frente Amplio en el 2016; con la derrota y las diferencias dentro de la bancada congresal, vino la ruptura de la alianza y emerge “Nuevo Perú”, el cual consolida alianza para estas elecciones con “Juntos por el Perú”.
Mendoza inició su campaña con su conocida propuesta de una nueva constitución política, que la use como “caballito de batalla”, dependerá del contexto alrededor de la campaña electoral. Hasta hoy dicha propuesta es viable y llamativa, al menos eso se percibió en las manifestaciones de la última crisis política que vivió el país, los jóvenes que salieron a las calles vitoreaban el cambio de la actual Constitución.
De acuerdo con la reciente encuesta elaborada por IPSOS[2], la intención de voto hacia Mendoza se muestra en ascenso (5% en octubre, 6% en noviembre y 7% en diciembre). Mientras que en la encuesta del IEP[3], la candidata mantiene una intención de voto de 9.1% -entre noviembre y diciembre-, con las cifras de ambas encuestas podemos precisar que se perfila como la candidatura de izquierda con mejor intención de voto, además es la candidata mujer con mejor intención de voto. Cabe mencionar que Mendoza es una candidata que cuenta con importante asesoramiento calificado, lo que puede significar puntos a favor de su candidatura; sin embargo, no tanto si prefiere oír a los “románticos” con ímpetu por introducir ideales más que propuestas de desarrollo sostenible.
Ahora, Nidia Vílchez Yucra, candidata por el Partido Aprista Peruano es una mujer que milita en el partido de la estrella desde hace más de 40 años, fue congresista de la República en el segundo gobierno de García (2006-2011). Vílchez busca reflotar su partido tras el duro golpe sufrido con la desaparición de su exlíder Alan García, hecho que dejó un sin sabor, debido a las denuncias por casos de corrupción durante su gobierno por los pagos de sobornos por el caso Odebrecht; así el partido aprista no logró ninguna curul en las últimas elecciones congresales.
A pesar de ello, Vílchez ha asumido el reto de sacar adelante su partido, apelando a un cambio generacional, sin embargo, hay evidencias de que ha sido cercana a García, pues fue ministra de Estado en dos carteras, resaltando su presencia en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Vílchez deberá valorar ello para su campaña, es fundamental generar un entorno seguro de la propuesta y que la respalde. Sin embargo, su mayor esfuerzo deberá estar enfocado en alejarse de la mellada imagen de García.
La caída del Partido Aprista se refleja en la última encuesta de IPSOS, que muestra que la intención de voto hacia la candidata solo alcanza el 1%, colocándola en la posición de “otros”, incluso la encuesta del IEP muestra una intención de voto de 0,6%, ubicándola también en la categoría de “otros”[4]. Sin duda un agreste camino por cursar el que ha asumido Nidia Vílchez al mando del Partido Aprista.
Y Keiko Fujimori, candidata del partido Fuerza Popular postula por tercera vez consecutiva a la presidencia de la República, pero esta vez arrastra una imagen de haber sido presa y que actualmente se encuentra bajo investigaciones por presunto delito de lavado de activos, debido a los millonarios aportes de empresas constructoras brasileñas que no fueron declarados ante los organismos electorales. Para sus seguidores ella es una perseguida política. En su historial como candidata presidencial tiene dos derrotas consecutivas, hay factores como la separación de su familia a costa de una prisión preventiva y la salud resquebrajada de su padre, que debería evaluar sobre si es idóneo continuar con su candidatura presidencial, aparentemente hay un entorno que romantiza el contexto a pesar de sus derrotas electorales.
Sin embargo, no hay que olvidar que de las tres candidatas, Keiko ha sido quien estuvo más cerca de Palacio de Gobierno y ello no deja de opacar sus esperanzas de gobernar el país. En estos últimos tres meses, la intención de voto hacia la candidata no ha ascendido, octubre: 7%, noviembre: 5% y diciembre: 7%; dicha cifra está relacionado al alto rechazo a su candidatura, que es de 69%, de acuerdo con la última encuesta de IPSOS, lo que pone en evidencia la fuerza del voto anti fujimorista, colocándola entre los candidatos con mayor rechazo al voto. Mientras que la encuesta del IEP le da el 8% en noviembre y el 7.6% en diciembre.
Al respecto, muchos analistas han identificado al voto anti fujimorista como una piedra en el zapato para la candidatura de Keiko. Recordemos que ha sido derrotada en el 2011 ante Ollanta Humala y frente a PPK en el 2016, este voto anti fujimorista contra el que viene luchando Fujimori la estancó alrededor del 30% de votos, según los resultados de las elecciones en las que participó. Para salir de ese pozo, hay una estrategia dirigida a la captación de voto joven, aquel que no tiene identificado claramente las irregularidades y excesos en el gobierno de su padre Alberto Fujimori.
Lo cierto es que Keiko Fujimori pretende apelar a la posición de perseguido político, debido a un asesoramiento que en los últimos años ha obstruido al gobierno de turno, del cual han obtenido cuotas de poder, pero a la vez reveses judiciales. La estrategia está cegada por el rencor, y que está solo ensimismada por alcanzar la cuota de poder que busca por años: la ansiada presidencia de la República. Lo preocupante es que no tiene propuestas interesantes para la población.
De acuerdo a los resultados sobre intención de voto en las encuestas, tenemos en la mejor ubicación a Verónika Mendoza (7% en IPSOS y 9,1% en el IEP), quien está buscando consolidarse entre los primeros lugares para que en la recta final pase a la segunda vuelta; detrás tenemos la candidatura de Keiko Fujimori que no termina de consolidarse respecto a sus anteriores postulaciones (7% en IPSOS y 7,6% en el IEP), los próximos dos meses serán vitales para ver si hay una debacle en su candidatura; y con una ruta aún más difícil por recorrer se encuentra Nidia Vílchez con 1% en IPSOS y 0,6% en el IEP.
Es preciso señalar que la representación política de la mujer es fundamental, permitirá escuchar y comprender cuáles son las preocupaciones de uno de los sectores más oprimidos en el país. Pensar que los liderazgos son innatos y no se pueden construir, es otorgar una valla muy baja para un problema que requiere mayor atención del Estado. Es impostergable viabilizar la reforma política integral y sostenible, no solo reconfiguraciones que se acomoden a intereses particulares.
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[1] Al 15 de diciembre de 2020, se ha confirmado el retiro de la candidatura del partido “Todos por el Perú”.
[2] Encuesta publicada en el diario El Comercio, el 14 de diciembre de 2020
[3] Encuesta publicada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el 13 de diciembre de 2020
[4] Referencia recurrente en los resultados de las encuestas para candidatos que no pasan el 1% en la intención de voto.