Lava Jato es el caso de corrupción que más ha remecido América Latina en las últimas décadas. En diciembre de 2016, Odebrecht confesaba a las autoridades de Estados Unidos haber destinado US$ 29 millones en sobornos para el Perú. Seis meses antes, en junio, se emitió el primer informe de investigación que revelaba las implicancias del caso Lava Jato en Perú.
Este documento terminó en el archivo gracias a “intereses políticos que tenían el interés de que de que las gestiones de sus gobiernos no se expongan ante la evidencia pública de que ha habido actos de corrupción”, explicó el ex congresista Juan Pari, que presidió la Comisión parlamentaria sobre el caso Lava Jato.
“La corrupción necesitaba capturar el poder político. Pero, no solamente de los que llegan al gobierno sino todo el sistema político”, explicó Pari. Remarcó que “Barata reconoció en la comisión que ellos tenían una mirada estratégica, porque sus proyectos tenían una mirada más allá de los 30 años”, lo que permitió que los beneficios irregulares se mantuvieran gobierno a gobierno. Sobre el financiamiento electoral que realizaban las empresas Lava Jato, Pari explicó que era una estrategia de “aprovechamiento de la circunstancia política para que funcionen los negocios”.
Para el ex parlamentario, las investigaciones confirmaron que “la corrupción es lo más anti-sistémico que puede existir. La corrupción se reparte el mercado.” Asimismo, advirtió que “los mosaicos del camino que debe seguir el país son los mosaicos que te pone la corrupción ¿y dónde se pone los intereses de nuestra patria?”.