De acuerdo al expediente escrito 01-2020 del Tribunal de Ética el Grupo La República, pudo prever las ofensas y agresiones verbales que podría recibir la señora Dávila a través de las redes sociales, pues en la misma nota Grupo La República destacó que su mensaje “venía causando mucho revuelo entre los internautas que en su mayoría no compartían su opinión”, y además se indicó que “la presentadora ha seguido respondiendo a todo tipo de comentarios en su contra comparando con ‘fanáticos religiosos’ a quienes la vienen insultando”.
La nota fue difundida en la sección de Deportes, pese a que, como se advierte, la señora Dávila no tiene una vinculación pública con ese rubro; y, por otro lado, la nota incluyó las imágenes y cuentas de las redes sociales de la señora Yanira Dávila Herrera, incluyendo la indicación de su centro de trabajo, lo que la colocaba en una situación de vulnerabilidad. Tras la denuncia pública de Dávila, el Grupo La República (7 de agosto), reconoció que no había sido “necesario publicar una nota sobre sus expresiones en su cuenta de Twitter”, considerando que la señora Dávila no es representativa en el ámbito deportivo, por lo que retiró la nota de su portal web y expresó sus disculpas públicas. Esta manifestación, sin embargo, contrasta con el sentido de los descargos del Grupo La República presentados ante el Tribunal, las mismas que han sido desestimados a través de la resolución publicado ayer.
Con este fallo, el Tribunal declaró fundada la queja presentada por la señora Yanira Dávila, y exhortó al Grupo La República a llevar a cabo un programa de formación permanente a su personal periodístico; recomendó asimismo realizar una evaluación permanente sobre la pertinencia de las notas periodísticas a publicar, tomando en cuenta el antecedente del caso Dávila.
Ética periodística
La denuncia realizado por Yanira Dávila cuestionó que el Grupo La República realizara una nota sobre un post que era un hecho completamente aislado a su labor profesional, publicación que la expuso, ya que el medio de comunicación en cuestión colocó fotografías, enlaces de sus redes sociales, y su relación laboral con el Ministerio de Educación, por la que la denunciante recibió mensajes amenazantes, machistas y misóginos, generado una situación sistemática de acoso.
Con este fallo del Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana marca un precedente en torno a cómo deben actuar los medios de comunicación al momento de redactar notas o informes que puedan exponer a las mujeres a situaciones de violencia de género.
Descargos del Grupo La República
De acuerdo al expediente de la denuncia presentado por Dávila, el Grupo La República en sus descargos no aceptó las imputaciones sobre violencia de género; y señala: “Debe tenerse en cuenta que se trataba de la reproducción de un Tweet hecho público; cuyo contenido era una opinión personal de una presentadora cuya imagen es conocida por aparecer diariamente en las pantallas de televisión abierta en horario infantil; efectivamente generaba interés periodístico y en esa intención se reprodujo en nuestros medios. Lamentamos que la referida nota haya dado lugar a comentarios ofensivos que nos hemos apurado a evitar, eliminando la nota y ofreciendo una disculpa pública”.
El gerente general del Grupo La República, Alonso Sarmiento, exigió mediante sus descargos que el Tribunal deslinde sobre este reclamo a fin de que quede meridianamente claros los derechos constitucionales por encima de cualquier moda pasajera que pretenda dictar parámetros a la prensa.
Dávila respondió que los descargos de La República son completamente opuestos a sus declaraciones públicas, “en público, La República se declara consciente de la necesidad de un enfoque de género para el ejercicio del periodismo. No obstante, ante el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana se muestra preocupada por cierta moda pasajera que pretenda dictar parámetros a la prensa”.
Añade Dávila: “Hace unos días, La República anunció públicamente la incorporación de una editora de Género reconociendo que “el periodismo no puede estar ajeno a las demandas sociales.” Sin embargo, pareciera que la incorporación de este cargo fue solo un gesto hacia el exterior que no generó ningún cambio al interior del diario”.