— mayo 3, 2017 a las 8:30 am

El paraíso es azul en la Isla Suasi

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Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

Dentro del caos, el crecimiento desordenado, la minería informal, la piratería y el contrabando que es el pan de cada día en Puno,  a solo tres horas del aeropuerto de Juliaca -138 kilómetros- está la provincia de Moho, reconocida como el Jardín del altiplano por la variedad de rosas y su microclima, en ella está asentada la comunidad de Cambria  que se encuentra a orillas del Lago Titicaca, frente a esta comunidad está la Isla Suasi, un refugio imponente de aproximadamente 43 hectáreas, la variedad de las tonalidades de azul que te regala esta majestuosa isla hacen que el lago y el cielo se unan, una vista espectacular que te cautivará por sus paisajes naturales y la armonía del lugar.

Puno es una de las ciudades más altas del Perú (3,819 msnm), y la quinta a nivel mundial, su población es de origen mayoritariamente Aymara, esta región acoge a una de las maravillas naturales del mundo El Lago Titicaca, zona compartida con Bolivia, este lago reúne a 36 islas, entre ellas está la Isla Suasi (3,810 msnm), la única isla privada del Lago Titicaca en Perú.

Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

Suasi está ubicada a 3,810 metros sobre el nivel del mar, es una de las 36 islas que tiene el Lago Titicaca

Hace cerca a tres décadas, Martha Giraldo  y el fallecido líder político de izquierda en Perú, Javier Diez Canseco, decidieron hacer realidad un sueño, convertir a esta isla en un lugar ecoturístico, una apuesta por el turismo rural, y que además pudiera generar empleo digno a los pobladores de la zona. “Este proyecto nació para cuidar una isla, no estábamos haciendo un hotel para hacernos ricos”, comenta Martha, socióloga, ex dirigente de izquierda.

En el año 1988 se inicia esta aventura que tuvo desde un inicio una mirada estrictamente ambiental, Martha empezó limpiando el lago y la isla, su primera misión era erradicar el eucalipto que consumía muchísima agua, y así poder recuperar la flora silvestre de la zona.  29 años después, este paraíso está poblado de flores y arboles andinos, con ello han regresado los animales silvestres, como parte de la recuperación ecológica trajeron alpacas y vicuñas, camélidos andinos que han puesto en vitrina a Perú,  pues Puno es la primera región productora de alpaca que exporta su fibra a Europa para prendas de vestir de  invierno.

Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

La isla permite realizar largas caminatas y tener un encuentro con la naturaleza

Caminar por los alrededores de la isla es una conexión inigualable con la naturaleza, solo el canto de las aves, el salto de las vizcachas y la interacción de las llamas, las alpacas, los patos y los zambullidores rompen con el silencio que parece inquebrantable en este lugar. Observar desde el mirador natural la belleza del Lago Titicaca es paradisiaco, ver como el sol va regalándonos en el transcurso del día esa infinita paleta de colores naturales que se ven reflejados en la inmensidad del lago, que pasa desde la diversidad del azul al amarillo y rojo, y con la puesta del sol el naranja se impone, pasando al color plata entre la tarde y la noche, convirtiéndolo en un lugar mágico y místico.

El regreso de la flora y fauna silvestre hacen de este lugar algo especial, el patio y los jardines están llenos de rosas y una variedad de flores, como: lirios, geranios y claveles; son el atractivo de los colibríes, abejas, mariposas, y que además provocan  la visita constante de diversos pájaros, mientras los turistas navegan en los botes, los patos se sumergen y revolotean en el lago.

Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

Es imposible dejar de mirar como el lago cambia de color con el transcurrir de las horas

Martha se ha encargado de que haya sembríos de papa, maíz, habas, oca, entre otros frutos del altiplano,  además de hierbas aromáticas y plantas curativas, como la muña, que es la planta medicinal más usada por los visitantes para el soroche (mal de altura), que provoca dolor de cabeza y estómago.

“Javier fue el más noble soporte, aliado y socio que pude tener. Él tenía claro que quería un albergue rural, en septiembre de 1996 formamos la empresa, empezamos a operar en 1999, seis años después lo alquilamos a Casa Andina -cadena de hoteles más grandes del Perú-, quienes estuvieron administrándolo durante una década”, señala Martha.

Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

El regreso de la flora y fauna silvestre hacen de este lugar algo especial

Desligarse del hotel no fue una decisión fácil, sin embargo, mantenerlo y posicionarlo a nivel turístico tenía un costo muy alto, “tuvo que ser así, porque Javier ni yo lo íbamos a operar, él por su lado estaba dedicado íntegramente a la política, mientras yo trabajaba en una Ong, en ese momento no era posible”.

En medio de esta imagen que tiene Puno la Isla Suasi ha ido ganando reconocimiento. “Ellos (Casa Andina) abrieron el mercado internacional, ahora recibimos turistas de todo el mundo, norteamericanos, ingleses franceses, españoles…”, señala Martha.

Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

La Isla Suasi desde sus inicios proyectó usar luz solar en todas sus instalaciones

Desde marzo de 2015 Martha ha vuelto a timonear este proyecto junto  a su hijo Miguel de Kergariou, el reto emprendido era volver al espíritu originario del hotel, y empezaron a realizar cambios paulatinos, como reemplazar el uso de descartables por pomos de vidrio, usando solo energía solar, algo único en el país, ahorro de agua y detergente, además de apelar a la conciencia del turista: “todos somos responsables de la conservación del altiplano y del rol que cumple”.

Suasi ha sido diseñado con materiales nativos: piedra, adobe y tejas, cuenta con 24 habitaciones, todas con vistas al lago, los espacios están acondicionados para la baja temperatura de la zona, la atención es personalizada por parte de los promotores. Martha es puneña, y conoce la historia de Puno, los cambios sociales generados por la minería informal y el contrabando, entre otros lastres de la región, además de contar con sus atenciones, escucharla hablar sobre la política peruana y la realidad de Puno es un privilegio.

Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

El hotel se encuentra en una pacífica explanada rodeada de bellos jardines y flores

“El viajero tiene una experiencia única, se lleva el calor y la hospitalidad, tiene contacto pleno con la naturaleza. Suasi es un hotel calificado como geoturismo, por el uso racional del agua y la energía solar, el manejo de desechos sólidos, el uso de detergentes biodegradables”, sostiene Martha.

Una forma de despedirse de este singular lugar es ir atravesando por  todo el Lago Titicaca, pasando por las más grandes islas del Titicaca: Uros y Taquile, dos horas y media de navegación hasta llegar al Puerto de Puno, una aventura que solo te hará pensar en el pronto retorno, porque la  Isla Suasi es un lugar bendecido por la naturaleza, un espacio donde podrás escaparte del bullicio y de la intensidad de la vida cotidiana.  Cuando llegué a este lugar no deje de contemplar cada rincón,  mis ojos solo querían acariciar la pasividad del agua del lago, mientras las nubes me iban mostrando una serie de acertijos en medio de ese cielo azul que lo es todo.

Créditos: El Gran Angular/ Magali Zevallos

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