En esta oportunidad, quiero plasmar alcances respecto a la debilidad organizacional en el Estado, lo cual planteo como un probable aspecto explicativo de fenómenos recientes.
Reflexionar sobre ello en estos días es importante, debido a lo expuesto que hemos visto al Presidente de la República. Previamente, debo mencionar una referencia del entendimiento de la política en nuestro país.
Como ya se ha analizado, nuestro país, convive con un sistema de partidos debilitado, casi inexistente, el cual se pone en marcha tan solo en tiempos de campaña, los partidos “tradicionales” y contemporáneos vienen siendo tomados por micro caudillismos y hasta mafias que buscan impunidad ante diversos delitos. Para comprender lo anterior es relevante tomar en cuenta la debilidad organizacional expuesta en la mayoría de los casos.
Como parte del análisis, es fundamental precisar la distinción entre debilidad organizacional e institucional; la primera, está enfocada en la incapacidad o limitaciones de las entidades para funcionar, ello guarda relación con su estructura, planificación y estrategias; y, la segunda, relacionada con un panorama de reglas de juego débiles que no se implementan de manera correcta o reglas de juego que se superponen y pueden obstruir el desarrollo de las organizaciones.
De lo descrito, es clave precisar que las organizaciones requieren generar valor, para ello es necesario identidad y cultura organizacional, si lo mencionado es relacionado a los audios del Presidente de la República, muestra intervenciones solitarias, pues como ya sabemos, la organización política que obtuvo la victoria electoral le dio la espalda, se desintegraron, y si cuenta con apoyo es muy lejano. Por lo tanto, el Presidente se respaldó en su entorno regional, actores de “confianza” con los cuales había trabajado, quienes han guardado una relación con él, por un interés -seguramente- de favores laborales y así respaldar intereses personales. El espectro muestra un entorno no organizado, sin planificación y estrategia.
Para incidir en la importancia del factor organizacional cabe resaltar al factor humano como el eje fundamental del todo, no hay organizaciones exitosas sino personas exitosas. Actualmente, es fundamental identificar las habilidades blandas que emergen de lo profundo del ser humano, desde allí impulsarlos como generadores de valor. Resalto la necesidad de conocer a la gente y de ahí definir las capacidades, organizar talentos (conocimiento, actitud y habilidades), se debe invertir en relación con los objetivos de la organización para ubicar el talento organizado como factor para la producción.
En virtud de ello, si reconoces que el recurso humano no aporta lo necesario para los resultados planteados en la organización, no tiene sentido consolidar un equipo de trabajo; entonces, si asumimos como cierto lo oído en los audios vemos un desfase cuando el Presidente identifica a un personal de su confianza como una persona con odio y resentimiento, lo que permite percibir un escaso nivel organizacional.
Si bien, la política se desarrolla en conjunción de fuerzas de poder impredecibles, las organizaciones ayudan a contar con información para alcanzar los resultados.
Lamentablemente en nuestro país, estamos ensimismados en solo comprender la política como un espacio que debe ser cooptado para eludir delitos o respaldar intereses personales, ello debe ser erradicado y se debe respaldar el fortalecimiento de las organizaciones políticas, ir más allá del mejoramiento de las reglas de juego y asegurar mejores organizaciones; sin embargo, hoy aún hay intereses perversos por debilitar estas reformas o mantener el status quo.
Recalco, es prioridad un enfoque de resultados, por lo que, se requiere talento organizado, adaptabilidad al cambio y reconocer que la intervención de actores es potente y expone a los actores en un estado de vulnerabilidad, y si no hemos desarrollado un proceso de adaptabilidad ante nuevos escenarios, nos exige desarrollar organizaciones evolutivas.
En ese sentido, mi invitación va dirigida a modernizar los partidos políticos, pero de forma coherente, como organizaciones estructuradas y preparadas para nuevos escenarios, para ello se requiere más que un entorno cercano, más bien una red de personas con capacidades y proyecciones identificables.
Lo mencionado es prioritario para todo proyecto político en camino, pero más enfocado a los existentes, dar cuenta que sus organizaciones deben establecerse, erradicar los intereses individuales, aportar valor y objetivos. Desde nuestro punto de vista es inconcebible que un Presidente gobierne sin un partido político (organización) que lo respalde.
Si no se reflexiona entorno a lo mencionado es muy poco lo que podemos esperar de la política de nuestro país para los próximos años.
*Politólogo por la PUCP, especialista en gestión pública por la Universidad del Pacífico.