En setiembre del 2014, fueron asesinados dos líderes indígenas y dos comuneros de la comunidad Alto Tamaya-Saweto, en Ucayali, que luchaban contra la tala ilegal en la Amazonía. Una de las víctimas fue Jorge Ríos Pérez, jamás encontraron su cuerpo y sus asesinos siguen libres. Tras este hecho, su hija, Diana Ríos Rengifo, decidió seguir con la lucha de su padre y se convirtió en una de las guardianas de la Amazonía y activista por el medio ambiente. La joven de 23 años no teme que le suceda lo mismo que a su padre, pues sus actos reflejan el compromiso que tiene con su comunidad: “Yo no tengo miedo. Mientras esté viva, seguiré luchando”, dice Ríos Rengifo.
P.- En setiembre del 2014 asesinaron a su padre y al líder de su comunidad, además de a dos pobladores. ¿Cómo cambió su vida desde ese suceso?
R.- Nosotros decidimos enfrentarnos al talador ilegal que destruye nuestro territorio porque no queremos que depreden nuestro bosque. Mi papá tenía una reunión en una comunidad asháninka en Brasil. Antes de que viajara, habíamos coordinado su participación, ya que aquí, el gobierno de Perú no le tomaba importancia a nuestra lucha. Él fue asesinado en el viaje.
Como nosotros insistíamos en que no saquen estos recursos de nuestro territorio, los taladores han tomado esa medida pensando que, matando a mi papá, nosotros íbamos a tener miedo y nos iríamos a vivir a otro sitio, pero no ha sido así. Después de eso mi vida cambió mucho, pero continúo luchando.
P.- El 22 de junio del 2015 venció la prisión preventiva dictada a Eurico Mapez Gómez, uno de los investigados por homicidio calificado. ¿Cuál es el estado actual de Mapez?
R.- No se ha llegado a tener más información sobre por qué ha salido (Eurico Mapez) si nuestra vida sigue peligrando. Esa persona está suelta ahora. Queremos saber qué está pasando.
No son solamente los taladores ilegales, hay un crimen organizado. Lamentablemente la corrupción es muy grande. Ya estaba todo claro y después metieron a otros en la investigación, personas que son parte de la corrupción. Lo que queremos es buscar a otra persona que nos muestre lo que en realidad pasó. Durante la investigación, nos decían que no había recursos, que no había dinero. Yo espero que este gobierno no permita que mueran más líderes para recién actuar.
P.- El expresidente Ollanta Humala condenó la muerte de tu padre y la de los otros tres líderes de tu comunidad, ¿considera que hizo algo por ustedes?
R.- Si él hubiera hecho algo, no hubiera pasado lo que finalmente sucedió. Ha tenido que morir mi papá para que él se dé cuenta que estábamos luchando. La población de Saweto nunca entenderá por qué el gobierno recién ha actuado después que pasaron esos hechos, debió actuar antes.
P.- Su comunidad lleva más de una década combatiendo la tala ilegal en la Amazonía. ¿Qué compromisos asumió el Estado con ustedes? ¿Los está cumpliendo?
R.- En primer lugar, nos dijeron que nos iban a brindar protección, pero no es suficiente porque nosotros no estamos siempre dentro de nuestras casas, y ellos no nos acompañan para protegernos. La exministra Ana Jara nos dijo que, en 15 días, iba a solucionar el tema de nuestra titulación, pero recién después de un año nos dieron, no fue tan fácil como nos dijeron que sería. También nos prometió educación en buenas condiciones y salud, pero no hemos tenido desarrollo en nuestra comunidad. Esos compromisos no se llegaron a cumplir.
P.- En agosto del año pasado, se les otorgó los títulos de propiedad de casi 80 mil hectáreas. ¿A partir de entonces en qué ha cambiado la comunidad de Saweto?
R.- No ha cambiado en nada. Pese a que tenemos nuestro título, no nos respetan. Eso no es suficiente, el Estado no puede decir que ha cumplido su función y ahí quedó. ¿Qué será de los pueblos indígenas si ahí, a nuestro alrededor, todavía hay taladores ilegales que siguen amenazando? No solo es decir “te apoyo con esto, cumplí mi función y me estoy yendo”, tiene que haber respaldo del Estado. Tienen que estar ahí, proteger, que no estemos solos.
El problema se ha hecho más grande, tenemos que andar con cuidado, ver si nuestro enemigo está a nuestro alrededor, ya no andamos tranquilos como antes. Estamos preocupados por la seguridad y la justicia.
P.- ¿Cuáles son las principales demandas de los indígenas de Saweto?
R.- Faltan muchas cosas. La educación no es suficiente, los profesores se van dos meses y los niños quedan perjudicados. Si va a haber una capacitación debe ser allá (en Saweto) porque para llegar a nuestra comunidad tienes que viajar durante cuatro o cinco días. Si los profesores van a Pucallpa a capacitarse, los niños se perjudican, se atrasan.
En salud, no tenemos posta médica, no hay nada. En un caserío a 20 minutos de Saweto hay una posta, pero ahí te discriminan. Dicen que no estamos asegurados, que tenemos que pagar. No hay ningún apoyo.
P.- ¿Han vuelto a recibir amenazas de los taladores ilegales?
R.- Sí, las cosas no cambian y cada día empeoran. Es un problema muy grande, no solo en Saweto. Hay narcotraficantes, es un crimen organizado. Eso nos preocupa. Aquí al menos es una ciudad (Lima), pero si usted va al campo, ahí cualquier cosa te puede pasar. Yo he tenido personas que me perseguían, no estaba segura, no podía andar ni ir a comprar. Por eso ya no confío.
P.- ¿Teme por su vida?
R.- No. Lo que yo hago, lo hago por todos. Esta lucha no es para mí solita, es para todos. Si algún día me toca (morir), bueno pasará; pero mientras esté viva seguiré luchando y voy a hacer todo de mi parte porque nosotros no vivimos tranquilos, ¿cómo vamos a vivir tranquilos si posiblemente nos pase lo mismo que a mi padre?
P.- Si bien se encontraron tres cuerpos, el de su padre nunca fue hallado…
R.- Ni siquiera su mochila fue encontrada, no encontramos nada de él. Es injusto. A veces yo pienso en él o sueño con él y me levanto triste, pero continúo porque es mi deber. Si queremos un desarrollo, que nuestros niños tengan una vida mejor y no pasen por lo mismo que nosotros, hay que luchar. ¡Están muriendo autoridades por exigir justicia!
P.- ¿No teme que le suceda lo mismo que a su padre? ¿Está dispuesta a arriesgar su vida por su comunidad?
R.- Soy capaz de todo porque es mi deber, es mi comunidad. Yo no quisiera que vivan en la peor condición como pueblos indígenas. Somos libres e independientes, no estamos para que nos maltraten.
P.- ¿Qué espera del Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski?
R.- Él ha hablado muchas cosas, dice que todo va a ser mejor, pero no todo es palabras, hay que hacerlo; ahí demuestras que haces cosas por los pueblos indígenas. Nosotros vamos a tener conversaciones con ellos para ver qué pueden hacer porque muchas veces el Estado hace proyectos sin entender que la comunidad tiene otra forma de vivir. Se debe respetar nuestra cultura. El gobierno debe invertir, pero los que deben tomar la decisión son los pueblos, porque ellos saben cómo hacer las cosas a su realidad y costumbres. No queremos que estas cosas se hagan desde la ciudad y todo lo conviertan en edificios.
P.- Usted recibió un premio internacional, ¿qué sintió al recibir ese reconocimiento?
R.- Cuando viajé a Nueva York para recibir ese premio dedicado a mi papá y a la comunidad, estaba algo decepcionada de mi país, pero llegué y en Estados Unidos me acogieron con las manos abiertas, yo me sentía fortalecida. Aquí no hay ese valor, pero en otro país sí me fortalecen porque ellos saben que nuestro recurso no es solo para mí, sino para todo el mundo.
P.- ¿Cree que en los últimos años la mujer indígena ha tomado más protagonismo y liderazgo dentro de sus comunidades?
R.- No, en mi comunidad todos participamos, eso es así desde que estaba vivo mi papá y no ha cambiado. No hay diferencias, todos tenemos la misma posición, nosotros compartimos ideas cuando tenemos reuniones, todos opinamos, todo es en conjunto. Yo veo que aquí en la ciudad los hombres son más y las mujeres son menos, en mi cultura de mujer asháninka no es así.
P.- ¿Qué mensaje daría a los peruanos que centran su atención solo en la inversión, sin considerar el daño ambiental?
R.- Debemos trabajar con responsabilidad, cumpliendo los requisitos que hay. Cuidar el medio ambiente no solo es labor de los pueblos indígenas, desde aquí también tienen una responsabilidad. ¿Vamos a dejar que las cosas empeoren? ¿Reaccionaremos cuando ya sea tarde? ¿Por qué no lo hacemos ahora que es el momento? Todavía podemos hacer algo, no esperemos que las cosas empeoren. Si tú vas destruyendo cinco árboles que son inmensos nos estamos matando a nosotros mismos porque por cada árbol que talas, matas a una persona.